Debemos tener cuidado de pensar demasiado en nuestras comidas, nuestros muebles, nuestras casas, y todas esas cosas que muchos se refieren a la vida del cuerpo. Debemos esforzarnos por vivir como la gente cuyo primer pensamiento acerca de la inmortalidad del alma. Tenemos que tratar de pasar por el mundo como la gente que aún no están en casa, y no son tan preocupado por el precio que cumplan con la carretera y en la posada. Bienaventurados los que se sienten como extranjeros y peregrinos en esta vida, y cuyos mejores cosas están por venir!

~ J. C. Ryle